Larraga es más. Patrimonio Histórico de Larraga
Larraga es una localidad que se asienta en un monte a 452 metros de altura y junto al río Arga. Esta situación le lleva a divisar toda la Zona Media de Navarra, desde las sierras de Alaiz o Ujué, pasando por el pico del Moncayo hasta Codés, Urbasa y Andía. Algo que en el pasado tuvo una gran importancia y que con el paso del tiempo, ha conllevado la construcción de numerosos monumentos, como la iglesia de San Miguel, la plaza de los Fueros o varios palacios y casas blasonadas particulares. A la hora de entender este patrimonio es importante tener en cuenta el uso y la función que han tenido a lo largo de la historia. En el plano civil, destacan la plaza de los Fueros, sede del ayuntamiento, el antiguo hospital, el lugar en el que se asentó el castillo y la posada. En el religioso sobresalen la iglesia de San Miguel, considerada uno de los ejemplos más sobresalientes del renacimiento navarro, y la Primicia. En el campo destacan el parque de las Bejeras y el Paseo Fluvial. La visita se puede completar con un vino en alguno de los numerosos bares que hay en la localidad, comiendo en un restaurante o comprando algún producto artesano, como las pastas de canela o el vino de una de las dos bodegas. Los puntos a visitar dentro de la actividad serían los siguientes:
1. Posada Calle Sor Julia Ruiz, 6-8 Edificio que nos marca el inicio del casco antiguo de Larraga. Se sitúa en la calle principal y la propia cerámica con el nombre del pueblo, es el rótulo que antiguamente señalaba la entrada a la localidad. El edificio fue municipal hasta el siglo XIX y sirvió para atender y dar alojamiento a los viandantes.
2. Palacio del Mayorazgo Calle Sor Julia Ruiz, 7 Casa-palacio del siglo XVII con dos grandes escudos de la misma centuria, en los cuales podemos ver las armas de los Rodríguez de Arellano, el apellido principal, los Solórzano, los García o los Pérez. Antiguamente, en los días importantes, el palacio era engalanado con cinco reposteros con las armas del emperador Carlos V.
3. Plaza de los Fueros Plaza de los Fueros, 1 Plaza barroca ubicada en el centro de la localidad que se compone de dos lados porticados en ángulo, los cuales configuran la mitad de una típica plaza mayor. En ocasiones, las plazas nacieron de manera espontánea y por ello, presentan una forma irregular. Las más relevantes, sin embargo, responden a un plan previo, programado, como ocurre en Larraga. El origen de está tipología lo encontramos bajo el reinado de Felipe II, cuando se reconstruyó en 1561 la plaza de Valladolid, de manos de Francisco de Salamanca. Nació así la plaza mayor regular, modelo que, con sus soportales, fachadas regulares y balcones, se repitió hasta el siglo XIX. En Navarra existen numerosas plazas irregulares, entre las que destacan las de Pamplona, Corella, Estella o Puente la Reina. Sin embargo, solo hay tres plazas que responden a un plan urbanístico previo: Tudela, erigida entre 1687 y 1691, Larraga y Tafalla, proyectada en 1856. En el caso que nos atañe, fue diseñada en 1732 por Juan de Larrea y ha sido restaurada recientemente (1987). El edificio principal es la sede del Ayuntamiento y está presidido por el escudo de la villa compuesto por un pie de Raga con sus frutos de gules. Antiguamente también tuvo otros usos como el de granero, mesón, cárcel, cuartel o toril. Este último asociado a la plaza de toros portátil que se monta en las fiestas de agosto y cuyas marcas vemos en el suelo. Allí también podemos ver una placa colocada con motivo del I Centenario de la Traída de Aguas (1918). En el edificio lateral actualmente hay diversas viviendas. En la misma plaza podemos ver el antiguo Hospital, de gran antigüedad y con una galería de arcos de medio punto de ladrillo. Se construyó para alimentar, dar cobijo y asistencia a los pobres de la localidad así como a los pasajeros que lo requerían. Tenía varias habitaciones. En una de sus paredes, apoya el frontón.
4. Primicia Calle San Andrés, 51 Adentrándonos en el casco antiguo, lo hacemos por un trazado irregular, de calles largas y estrechas, adaptadas a la topografía. Entre ellas hay plazas, casas y palacios con más de veinte escudos señoriales asociados principalmente al barroco. Uno de los edificios que sobresale es la Primicia, rectangular, con tres grandes contrafuertes en el muro este. En la fachada tiene un escudo y una inscripción de trazas desconocidas. El edificio servía para recoger el grano que se entregaba a la iglesia.
5. Palacio Esparza Calle Cofradía, 17 Casa-palacio barroca arreglada en 1825, tal y como se puede ver en el dintel del portal. Tiene un escudo de alabastro de los Esparza entre dos de los balcones.
6. Plaza Picota Plaza Picota Es una de las plazas más antiguas del casco antiguo, junto a la Carnicería y la del Pozo. Recibe el nombre por la picota que había en uno de los laterales. Se trataba de una columna de piedra en la que hasta el siglo XIX, se ajustició a los bandidos. En 1592 protagonizó un motín contra el conde de Lerín, administrador de justicia, en una previsible visita de Felipe II que al final no se llegó a realizar.
7. Palacio Nieto Calle San Andrés, 89 Casa-palacio del siglo XVIII que ha sido restaurada recientemente y que antiguamente comprendía toda la manzana. Se trata del prototipo de vivienda señorial barroca de la Navarra Media. Luce dos escudos de armas rococós de gran aparato, correspondientes a los Esparza, linaje procedente de Iturgoyen, en el valle de Guesálaz. Las labras heráldicas, de alabastro, podemos fecharlas hacia 1777, momento en el que un numeroso grupo de personas con dicho apellido obtuvieron la ejecutoria de hidalguía de los tribunales reales. Por aquellas fechas debieron de tallarse otros escudos similares que se distribuyen por otras tantas casas de la villa como las dos situadas en la calle Cofradía, de piedra una y de ladrillo la otra. Es un escudo cuartelado con dos lobos andantes en los cuartos de arriba, en medio del escudo una cinta ancha y en los otros dos cuarteles en uno el sol y en el otro un lobo.
8. Iglesia de San Miguel Calle El Pinar, 2 Es el principal monumento de Larraga y solo se abre durante el horario de culto. Arquitectónicamente, el conjunto se compone de varios estilos artísticos. Los más antiguos, románico-góticos, se encuentran en la entrada del templo y llegan hasta las columnas del interior. Este primitivo templo se amplió durante los siglos XVI y XVII con un nuevo crucero y una nueva cabecera, destacando dos enormes columnas en el primero y las trompas y el cuarto de esfera que cubren la capilla mayor en la segunda. Al ser una de las tres construcciones plenamente clasicistas del momento, esta ampliación esta considerada como una de las mejores obras arquitectónicas del renacimiento navarro. Esta característica fue motivada por la intervención de Juan de Villarreal, uno de los precursores del renacimiento en Navarra. Posteriormente, en el siglo XVIII, se erigió la torre barroca en el exterior. Y a caballo entre el Barroco y el Neoclasicismo, a finales del siglo XVIII, Francisco Sabando diseñó una segunda sacristía en el interior. En cuanto a los bienes muebles, en primer lugar cabe mencionar el órgano de Diego Gómez, con un teclado barroco y otro romántico de los que destaca el registro de la corneta de mano derecha. Tiene una monumental fachada-retablo y figura como uno de los mejores de Navarra. El retablo mayor es una obra barroca que está declarada Bien de Interés Cultural (BIC). Su titular es San Miguel y el autor es el arquitecto Fermín de Larrainzar. Otro de los retablos destacados es el de la Virgen del Rosario (BIC), barroco. Esta situado a la izquierda del retablo mayor y destaca por su rica decoración de follajes y flores, muy fina y de cuidada ejecución, así como por la virgen titular, de comienzos del siglo XVI. El Santo Cristo del Socorro se encuentra en la entrada del templo y es uno de los escasos crucificados que quedan del románico navarro (siglos XII-XIII). Se le tiene una gran devoción en Larraga y por ello es copatrón de la misma, siendo su fiesta el 3 de mayo. Está declarado BIC, al igual que la pila bautismal, la cual se labró conforme se ejecutaba la ampliación renacentista (siglo XVI). En el interior, la sacristía neoclásica acoge un aparatoso conjunto pictórico y escultórico obra de Diego Díaz del Valle.
9. Alto del Castillo Parque del Castillo, cima En lo alto del monte sobre el que se asienta la localidad, hubo hasta hace pocas décadas un importante castillo del que hoy se han visibilizado parte de los muros y realizado una recreación virtual. En la Edad Media se compuso de cuatro torres y estaba considerado como uno de los cinco mejores de Navarra para la seguridad interior. En la Edad Moderna se fue desmantelando y en la Edad Contemporánea, durante las guerras carlistas, se volvió a fortificar. Si bien a comienzos del siglo XX terminó desapareciendo. Hoy en día, circunvalando el monte, hay un paseo con pinos desde el cual se podrán observar unas bellas panorámicas de la Zona Media y de los meandros del río Arga.
1. Parque de las Bejeras Las bejeras (abejeras) son construcciones tradicionales propias de la zona media de Navarra y que en el término municipal de Larraga se han conservado en gran número. Cada bejera la forman un conjunto de colmenas que viven en comunidad en un “habitáculo” rectangular de piedra (la bejera) situado al abrigo de una pequeña colina y orientadas al sur. Habitualmente se encuentran acompañadas de otras construcciones auxiliares como son las celdas de aclimatación, alguna caseta, siempre próximas a un pozo, riachuelo o balsa, y rodeadas de árboles con flor donde las abejas pueden libar el néctar: almendros, pomeros, nogales, higueras o melocotoneros. El parque de las Bejeras tiene como objetivo estudiarlas y darlas a conocer para que no se pierda, ya que forman parte de la tradición y de la vida de los ragueses. Es un patrimonio cultural que merece la pena conservar.
Lugar: Larraga
FECHA Y HORARIO
- Domingo, 24 de septiembre – de 12.00 a 13.30 horas
Address
Larraga, 31251 , Spain