Juntxs creamos Navalmanzano

Makers Story
Country
Spain
Year
2024
Mentor
Silvia Olmos
(Biblioteca de Navalmanzano)
Participants
Alumnos y alumnas de primaria del CEIP Miguel de Cervantes
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Overview

Navalmanzano es un pequeño pueblo en pleno corazón de la provincia de Segovia, con unos mil habitantes, enclavado en la Tierra de Pinares. Se trata de un paraje llano de tierra arenosa donde se propiciaban antaño las lagunas, contando con una biodiversidad botánica impresionante. Al norte de la localidad, discurre el arroyo Malucas, muy caudaloso en el pasado, aunque ahora casi siempre anda seco. Navalmanzano no es bonito, pero para los y las navalmanzanenses es lo mejor que hay.

Nuestra provincia, al igual que muchas otras, sufre los estragos de la despoblación y el tejido rural de la zona está muy debilitado. Navalmanzano, aunque no ajeno, resiste contando con un valioso tesoro: los niños y niñas de la localidad que se forman en el CEIP Miguel de Cervantes desde el segundo ciclo de infantil hasta sexto de primaria, contando con setenta y siete alumnos y alumnas a día de hoy.

Desde la Biblioteca Municipal de Navalmanzano, estamos convencidas de que el buen conocimiento del Patrimonio es una herramienta ante la despoblación, de ahí que enfaticemos en nuestras actividades su puesta en valor y respeto, especialmente dirigido a estos niños y niñas, futuro de nuestra comunidad.

En ese empeño, desde el mes de octubre, contando con la colaboración del colegio de la localidad, promovemos un proyecto de educación patrimonial que pone en valor el patrimonio natural y cultural (material e inmaterial) de Navalmanzano, con el fin de que los más pequeños conozcan, aprendan y, sobre todo, disfruten del legado de nuestros antepasados, que hace que nuestro pueblo sea el que es y nosotros como somos.

Nuestro proyecto “Juntxs creamos Navalmanzano” comprende diferentes acciones enfocadas a los cuarenta y siete alumnos de educación primaria del CEIP, a desarrollar en el entorno del municipio y tanto en el centro educativo como en la biblioteca.

Lo primero que hicimos al iniciar este proyecto fue realizar una charla coloquio con los chavales sobre lo que pensaban que era el Patrimonio y comprobamos que sabían un montón: las tradiciones narradas por sus mayores, las fiestas de las que disfrutan, las jotas que bailan con sus padres, los toques de las campanas que oyen todos los días, el trabajo de sus vecinos que sacan las ovejas a pastar, el gran edificio barroco de la iglesia que se atisba desde cualquier sitio, los espacios públicos que son de todos y para todos, e incluso la biblioteca (¡qué ilusión nos hizo!) como un espacio a cuidar y proteger. Sin duda alguna, en el medio rural vivimos el Patrimonio, es un ente vivo que forma parte de nosotros mismos.

Pero además se mostraron muy interesados en seguir profundizando sobre Patrimonio, por lo que les propusimos una serie de salidas para conocer mejor el entorno que nos rodea a las que se prestaron encantados.  

En nuestra primera salida hablamos de nuestro legado romano y, como en nuestro término contamos con varios yacimientos en el entorno del arroyo Malucas, conocimos el de Carratejera, donde se encontraron herramientas que posiblemente ya se utilizasen para la explotación del pinar. Esto nos dio pie para la siguiente salida, al pinar, donde conocimos el oficio de resinero, cómo el medio natural es fuente de recursos y pusimos en valor, justo a tiempo ya que se ha procedido al derribo de los restos del edificio, las ruinas de la antigua fábrica de resinas, junto al colegio. Pero el edificio más emblemático es nuestra iglesia, construida a mediados del siglo XVIII y muestra de la riqueza en aquel entonces. Aunque en esta última salida no participaron todos los niños, se incorporaron madres y abuelas que nos narraron sus vivencias y los cambios que ha sufrido desde que tienen memoria.

Pero también queríamos vivir el Patrimonio como creadores, de ahí que hayamos emprendido un trabajo colaborativo en el que cada escolar ha puesto su granito de arena. Para ello, en la salida al pinar, recopilamos algo de roña, un poco de barrujo, algunas rameras, unas piedras, un pote de plástico y cuarenta y siete piñas, una para cada participante, con la que deberían crear en su clase de educación plástica en la escuela lo que les inspirase Navalmanzano y, finalmente, exponerlas en una pequeña recreación de nuestro municipio en la biblioteca.

El resultado ha sido fantástico. Han creado la iglesia, la ermita, árboles, animales, vecinos, situaciones y oficios, generando grupos espontáneos de estos elementos que contribuyen a una lectura con coherencia. Actualmente se puede visitar en la biblioteca, donde los vecinos y vecinas se emocionan con la creatividad y la originalidad de estos pequeños artistas, sintiéndose identificados.

Los niños y las niñas de Navalmanzano han asumido con este trabajo su Patrimonio: lo conocen, lo valoran, lo protegen y lo defienden, pero, sobre todo, ¡lo viven!

Están preparados para que sigamos juntxs creando Navalmanzano.